El duro diagnóstico de la CGT tras la reunión con el Gobierno: “No hay perspectivas de recuperación”

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El duro diagnóstico de la CGT tras la reunión con el Gobierno: “No hay perspectivas de recuperación”

El secretario de Trabajo, Julio Cordero, recibió a dirigentes de la central obrera, para abrir un canal de diálogo por las reformas en materia laboral aprobadas por el Congreso. Acordaron poner en funcionamiento una mesa de trabajo conjunto, pero no lograron distender las tensiones.

Con la reforma laboral como principales reclamo, dirigentes de la CGT se reunieron con el secretario de Trabajo, Julio Cordero .

Tras la reunión con el secretario de Trabajo, Julio Cordero, la Confederación General del Trabajo (CGT) difundió un duro diagnóstico sobre la situación actual de la Argentina, con fuertes críticas a la gestión de Javier Milei. Dijo que lleva adelante un programa de Gobierno “que no contempla la producción, el desarrollo y el trabajo, privilegiando solo la cuestión monetaria e inflacionaria”.

Cordero recibió este martes a los principales referentes de la central obrera, para abrir un canal de diálogo, por las reformas en materia laboral aprobadas por el Congreso y la decisión de volver a cobrar el Impuesto a las Ganancias.

Además, el funcionario convocó a la CGT a participar del Consejo de Mayo, que tendrá como objetivo convertir en leyes los diez puntos del pacto firmado por Milei y 18 de los 24 gobernadores. Según se pudo saber , Héctor Daer -integrante del triunvirato de la central gremial, que lideró la comitiva- no confirmó la participación, pero tampoco rechazó la invitación, como sí lo había hecho a firmar el Pacto de Mayo.

Poco después del encuentro, el Gobierno anunció la creación del Consejo de Mayo y abrió las puertas de la convocatoria a “las organizaciones sindicales” en conjunto, sin especificaciones, en un intento por sortear un nuevo rechazo de la CGT, a quien había definido en principio como único interlocutor válido.

Apertura al diálogo condicionada

Con el comunicado difundido tras el encuentro, la CGT buscó equilibrar dos fuerzas antagónicas que pujan en su interior. Por un lado, el ala dura que presiona para redoblar la agenda de medidas de fuerza y paros generales; por el otro, el grupo de los dialoguistas, que prefiere darle tiempo al Gobierno para ver hasta dónde llegan las reformas.

A partir de la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal, dentro de la central obrera empezó a ganar terreno la postura dialoguista. Sin embargo, en lo que no hay discusiones es en el diagnóstico de la situación actual y de las malas perspectivas a futuro.

Pablo Moyano, que lidera el ala dura de la CGT, no participó del encuentro con el Gobierno.

“Destacamos el actual estado de profunda recesión, pérdidas de empleos en todas las actividades y caída del poder adquisitivo de trabajadores activos (regulares e informales) y pasivos, con una falta de perspectivas de mejoras de recuperación económica en el corto plazo”, planteó la CGT como cierre del texto en el que precisó los avances del encuentro con Cordero.

La idea de los dirigentes que participaron de la reunión -que no contó con la presencia del líder Camionero, Pablo Moyano- fue mostrarse dispuestos a negociar, pero bajo las condiciones de aplicar cambios en las leyes aprobadas y en las que diseñará el Consejo de Mayo, pero también sentar una posición crítica respecto del estado de situación actual.

Según dijeron los dirigentes gremiales, en la reunión con Cordero “se entabló un diálogo con los temas de mayor actualidad”. Solicitaron que el Gobierno retire la apelación del DNU 70/23; cuestionaron los aspectos de la reforma laboral incluidos en la Ley Bases; rechazaron al restablecimiento del impuesto a las Ganancias y, fundamentalmente, el piso a partir del cual se empezará a pagar el tributo, y pidieron mantener la negociación salarial en paritarias libres, sin intromisión gubernamental, y la homologación de acuerdos ya cerrados.

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